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Omar Sánchez, el canchero

Hace más de 25 años que el mantenimiento del campo de deportes del club Newbery está a cargo de Omar Sánchez. Su trabajo destaca por el impecable estado de la cancha principal de fútbol, pero se ocupa también de las piletas y el predio en general.

El campo de deportes del club Jorge Newbery cuenta con piletas, canchas de tenis, pádel, hockey, vóley, fútbol 5 y por supuesto la cancha principal de fútbol, cuyo excelente estado no tiene nada que envidiarle a las mejores de la provincia de Buenos Aires. Además, el predio está equipado con quinchos y parrillas.

Omar Sánchez es oriundo de Salliqueló, cumplió 66 años de edad en el mes de abril, su familia está compuesta por su esposa, Sara Baz, y sus dos hijos, Sergio y Daniel. Comenzó a trabajar en el club en el año 1993, la institución estaba bajo la presidencia de Juan Carlos Campodónico, quien lo contactó para ofrecerle el trabajo.

“El empleado anterior prácticamente no cumplía, ni venía -recuerda Sánchez-, yo le había contado hacia algunos años a Juan Carlos (Campodónico) que me iba a ir del campo donde estaba trabajando, y él me dijo que tenía un trabajo para mí”.

Por aquel entonces, la cancha de fútbol casi no tenía césped, y las mejoras llegarían de la mano, nada más y nada menos, de quien hoy da su nombre al estadio: “Tuve la suerte de encontrarme con Don Edgardo Marduel, él se asesoró en Buenos Aires con una persona que trabajó en las canchas de Racing y Vélez, el hijo es el encargado de las canchas de AFA en Ezeiza. Para mí era todo nuevo, el primer día que fui a marcar la cancha vino Hugo Martinengo y me enseñó como había que poner los piolines”.

Las primeras indicaciones que dio el asesor consultado por Marduel fueron no matar la gramilla, sino dejarla de tapiz y echar semillas encima, toda la siembra fue al voleo y se aconsejó regar la cancha y no pisotearla mucho por un tiempo. “Hasta el día de hoy cuando hago la resiembra trato de sacar los entrenamientos de la cancha, son unos 10 o 20 días mientras está naciendo –explica–, llevó mucho tiempo lograr que la cancha esté así, siempre renegábamos en las áreas y el centro donde teníamos problemas”.

De las tareas a su cargo, la que más le gusta hacer es ocuparse de la cancha y habla con orgullo de los resultados: “no lo digo porque la esté trabajando yo, pero está espectacular, siempre alguien me lo dice, ya sean jugadores o periodistas que vienen a cubrir los partidos, jugar en otros lados no es lo mismo. Me han hablado de otros clubes para que los asesore, en ese sentido yo no tengo problemas, de hecho, en vida de Don Edgardo (Marduel) fuimos y sembramos la cancha del Roberts. No tengo secretos, pero hay que trabajar con el técnico y los profesores, si la cuidan, la cancha va a estar bien, ellos tienen sus días de trabajo y no tenemos ningún problema con eso”.

El campo de juego se resiembra todos los años a mano y la tarea del regado se facilitó desde la instalación del sistema de riego automático, “en invierno casi todos los días hay que hacerle algo, en primavera y verano no tanto, pero en invierno después de los partidos si veo un pocito ya salgo con el balde con arena y semillas. Después hago el mantenimiento del pasto y el corte, en la época de calor lo dejo un poco más alto para que aguante más la humedad y el sol no queme la planta” relata con la prestancia de quien conoce su oficio a través de años de experiencia.

Además del trabajo en la cancha de fútbol, Sánchez se dedica al mantenimiento general del predio: “en verano hay más movimiento por la temporada de pileta, pero de eso se ocupan los pileteros, yo me encargo del purificador y de controlar el agua, hay que echarle cloro y medir todos los días el PH. Siempre tenemos preparado el ácido, pero tratamos de evitarlo”.

En un cuarto lindero a la cantina del natatorio, Sánchez tiene montado un pequeño taller, donde fabrica o repara lo que esté al alcance de sus posibilidades: “Durante el año hay que mantener el predio en condiciones y si se rompe algo hay que arreglarlo. Todo lo que puedo hacer lo hago acá en el tallercito, si se rompe una bomba del riego o la pileta la saco y si puedo la reparo”.

También se encargó de la instalación eléctrica en las canchas de pádel y tenis, y construyó la tribuna que se encuentra en esta última.

Se muestra agradecido para con la institución, afirma que siempre tuvo buena relación con las diferentes comisiones y presidentes, cuenta que al llegar no era hincha del club y que jugó al fútbol en el Roberts y en Colonia La Indiana. “Hoy diría que soy mitad y mitad, si el Roberts está peleando el campeonato con un equipo de afuera quiero que lo gane, pero hincho para el Newbery” concluyó Sánchez, quien en la actualidad ya no es empleado del club, pero continúa colaborando y a cargo del mantenimeinto de la cancha.