El Gerente Operativo de la Región Sur del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires, Pablo Izcovich, visitó Salliqueló el pasado miércoles en el marco de una recorrida por los distritos de la zona.
“Nuestro Colegio es específico de Ingenieros Agrónomos y Forestales y tenemos varias iniciativas para jerarquizar la profesión. Antes estábamos integrados a un colegio de ingeniería en general y ahora que conformamos el propio tenemos el objetivo de aumentar la matrícula de colegas que se acerquen a la entidad, que defiende los intereses de los profesionales”, manifestó Izcovich en diálogo con Veradia.com.
“Desde el Colegio, que tiene sede en la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, estamos trabajando en varios puntos, pero el principal es el uso de la receta de aplicación de fitosanitarios”, indicó, asegurando que “es un punto muy importante para nosotros, sobre todo por la sensibilidad que tiene el tema de la aplicación de fitosanitarios en la sociedad”.
En ese sentido, considera que la mayoría de los productores realizan un uso responsable de los fitosanitarios pero que es necesario mostrarle a la sociedad que las cosas se hacen bien, “además de ser, hay que parecer”, definió, aclarando que “la autoridad de aplicación es el Ministerio y desde el Colegio estamos trabajando en la capacitación de los colegas”.
Para llevarle seguridad a la sociedad sobre las buenas prácticas en el uso de fitosanitarios, Izcovich cree necesario avanzar en la mejora del sistema documental de la aplicación: “por eso estamos convocando a los colegas a que se matriculen en el Colegio y a que, cuando indican una aplicación, que confeccionen la receta y se la entreguen al productor”.
Por otra parte, advierte que se trata de un documento muy importante para brindar seguridad no solo a la sociedad en general y a los productores, sino también a los profesionales, “a muchos les parece que están asumiendo una responsabilidad mayor cuando hacen la receta y en realidad es al revés, porque si dan una indicación correcta y surge un problema en la aplicación no tienen manera de certificar cual fue la indicación que dieron”.
“Muchas veces los errores que se cometen perjudican al productor, cuando se aplica un producto equivocado o de forma incorrecta hay un perjuicio económico muy importante”, profundiza Izcovich, sosteniendo que por ese motivo “el trabajo debe ser profesional, con una receta y un acta de aplicación, para saber que se está usando el producto correcto y en la dosis adecuada. Además, cuando hay afectación de un cultivo por aplicación en un lote vecino, el seguro contra deriva se va a hacer cargo siempre y cuando haya una receta de aplicación”.