Cuando todavía faltaba mucho para que se iniciara el 4to. Encuentro Nacional de Motos organizado por la agrupación Amigos de la Ruta 14, llegó a Quenumá el “Pelado” Díaz, desde Azul. Era el lunes 2 de enero, y aunque el encuentro estaba anunciado para el fin de semana, de algún modo ya había comenzado.
El jueves hubo otra adelantada: Yasmine Sandoval, quien llegó desde la pampeana ciudad 25 de Mayo, y se llevó el premio a la primera motera cuando el domingo se entregaron las distinciones a los participantes destacados.
Alrededor de 850 motos se inscribieron en el encuentro que tuvo el sábado por la noche su pico de público, estimado por los organizadores en 2.500 personas que colmaron el bien presentado predio donde viernes y sábado tocaron varias bandas: Legendarios ’70 dejaron su tributo a Creedence; Pio interpretó conocidas canciones de Pappo y Buey cerró con un tributo a Guns and Roses. Después de las bandas, los salliquelenses de Adrenalina amenizaron la bailanta.
El folklore de los moteros incluye las agrupaciones: este año la más numerosa fue Los Pampas, de Gral. Pico, con 19 integrantes que llegaron al predio del encuentro. Otra agrupación, Los tigres de la ruta, tuvieron también su premio por su quinto año consecutivo de presencia en Quenumá. Y Los jinetes descarriados, de 25 de Mayo, además de traer al motero más pequeño, tuvieron también su premio por el sacrificio, ya que viajaron en motos de baja cilindrada por la difícil “Ruta del Desierto” con mucho calor y varios inconvenientes mecánicos.
El que más viajó para llegar a Quenumá fue Gustavo Falconi, quien recorrió 1.200 kilómetros desde Cipoletti, su ciudad. Y otro destacado fue Omar Gelinger, de Santa Rosa, quien con sus 62 años fue el motero de más edad que llegó viajando al encuentro.
Cada encuentro supone un desfile de motos de todos los modelos y tamaños, y las personalizadas tienen su lugar destacado. La mejor fue la de Leonardo Gatica, de Quemú-Quemú, con su Motomel 125, y el mejor cuatriciclo personalizado fue el de Gabriel Otero, de Miguel Riglos.
La nota emotiva fue la llegada de la moto de Pocho Han, un motero que ha venido en ediciones anteriores del encuentro y falleció en el último año. Sus compañeros de la agrupación Los Duendes de la Beta, de Mauricio Mayer, trajeron la moto de Pocho. La moto más antigua fue la presentada por Felipe López, de Metileo, una Zanella 125 modelo 1962.
Arduo trabajo en las cantinas
Durante los tres días que duró el encuentro, el trabajo en las cantinas fue arduo. Los Amigos de la Ruta 14 destacaron el trabajo realizado por Bomberos Voluntarios de Quenumá, que administraron la cantina de comidas; la Sala de Primeros Auxilios atendió la Matera, el club Alumni la cantina de bebidas. Todos debieron trabajar mucho para atender la gran cantidad de gente que colmó el predio.
También se envió desde la organización un agradecimiento al Destacamento Policial de Quenumá y todo el personal policial que trabajó en el lugar, a la Cooperativa Eléctrica, al Delegado Municipal y su personal, así como a la Municipalidad de Salliqueló. Un párrafo especial para el artesano Norberto Druille que confeccionó los presentes entregados el domingo a los moteros y también para Catalino Romero, un colaborador “todo terreno” que se mostró todo el tiempo dispuesto a trabajar para que todo salga bien.
Los integrantes de la agrupación organizadora también tuvieron sus destacados: Fali Tomasello, Vasco Embeita, Ramón Pucheta y el gran Pepe Steimback.
Un último agradecimiento para Motoviajeros.com que difundieron el encuentro, así como a todos los medios de la zona.
La rifa
