En la puerta del hangar del Aeroclub Salliqueló, que lleva el nombre de “Dr. Juan José Moreda”, nos espera la joven Florencia Borrone, que con 18 años recién cumplidos recibió hace algún tiempo su licencia para pilotear aviones, convirtiéndose en una de las primeras mujeres egresadas de la Escuela de Pilotos de la institución.
Florencia, de carácter determinante y muy resuelta, nos cuenta -mientras abre las puertas del galpón y empuja el Cessna 150 hacia afuera con la misma naturalidad que un muchachito lo haría con su autito de juguete- sobre su pasión por la aviación.
Al parecer, el “culpable” de todo es su padre Ricardo, ya que “desde chiquita me llevaba a volar y siempre me incentivaba y me decía que cuando tenga la edad iba a sacar la licencia”, recuerda.
Y así fue que con 16 años y 9 meses -edad mínima para poder sacar la licencia- Florencia empezó a completar las 40 horas necesarias en el Aeroclub Salliqueló con su instructor de vuelo, Emiliano Duckardt.
“Se empieza de a poco, primero el instructor te va explicando y guiando, y con el tiempo, cuando ve que estás lista, te da el control”, comenta con esa mirada particular que tiene la gente que le gusta lo que hace.
Le preguntamos si tuvo miedo en su primer vuelo sola y reconoció entre algunas risas que un poco sí, pero agregó: “una vez que estás arriba del avión en la pista ya está, hay que encarar y despegar”.
En cuanto a si sufrió algún tipo de contratiempo, nos contó que solo una vez al aterrizar, pero que “en las prácticas nos preparan para cualquier emergencia o inconveniente, para poder resolver sobre la marcha distintas situaciones, ya sean por el viento o mecánicas, y eso te da seguridad”.
La joven piloto comienza sus estudios de medicina este año y confiesa que extrañará volar tan seguido como lo viene haciendo, esperando ansiosa las vacaciones para poder regresar al pago a despegar nuevamente.
Por otra parte, Emiliano Duckardt, su instructor de vuelo, destacó que la Escuela de Aviación del Aeroclub de Salliqueló ha estado operativa y en vigencia desde 1948, albergando a los apasionados del aire por generaciones enteras. Allí, ofrecen la capacitación para ser piloto privado de avión.
“Mas allá de que algunos lo hacen por hobby, también hoy en día puede ser una excelente salida laboral porque siempre hay demanda de pilotos”, explica Duckardt, agregando que “en la escuela tenemos actualmente alumnos y se han recibido unos cuantos a lo largo del tiempo, pero queremos incentivar a que se sume más gente”.
“Las nuevas generaciones estamos buscando abrirnos más a la comunidad, porque desde el desconocimiento algunos piensan que es un ámbito cerrado, pero todo lo contrario, el Aeroclub es del pueblo y sus puertas siempre están abiertas a todas las personas que quieran acercarse a hacer vuelos de bautismo, los cuales se hacen periódicamente, o a capacitarse y aprender sobre aviación”, agregó el instructor.
Para finalizar, remarcó que el logro de Florencia, con su dedicación en una actividad predominantemente practicada por hombres, la destaca como un ejemplo de determinación y perseverancia, y espera que anime a otras chicas y chicos de la región a aprender a volar.
