
A 100 años de su canonización, celebrada el 17 de mayo de 1925 por el Papa Pío XI, las Reliquias de Santa Teresita de Lisieux partieron desde Francia rumbo a recorrer diferentes lugares del mundo dando a los fieles la posibilidad de acercarse a venerarlas.
También conocida como Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, fue una religiosa carmelita descalza nacida en Francia, que vivió durante el último cuarto del siglo XIX.
En su corto paso por la tierra —vivió sólo 24 años— fue monja de clausura, es decir, estuvo voluntariamente encerrada en un monasterio. Tuvo una vida de sacrificios y dificultades, y fue en esas circunstancias que se santificó, sostenida por su confianza en Dios y su fe inquebrantable, virtudes que colmaron su corazón de profundo amor por Cristo.
A pesar de vivir en el claustro, Teresita dejaría enseñanzas espirituales profundas que la llevaron a ser declarada Doctora de La Iglesia por San Juan Pablo II en 1997 y ser además Patrona de las Misiones en todo el mundo. El Papa Francisco comentó en diversas ocasiones que la consideraba una “amiga espiritual”.
“Las Reliquias son frágiles signos que nos conectan con Dios. Dios se nos hace presente, nos habla y actúa a través de la vida de los santos, testigos y seguidores suyos”, expresaron desde la Parroquia San José, anunciando el arribo de estos restos mortales de la santa.
Las reliquias ya se encuentran en el templo y fueron expuestas en la misa del jueves. Los fieles también tendrán la oportunidad de acercarse a venerarlas a las misas de este viernes 30 y sábado 31 a las 19 hs, y a la del domingo a las 10 hs.