En un giro inesperado hacia el mundo vitivinícola, el productor agropecuario Marcelo Molina ha llevado a Tres Lomas al mapa del vino con su emprendimiento, JS Molina André. Este proyecto, con sello treslomense, es el resultado de la curiosidad y el empeño de Molina por introducirse en el universo de la producción de vinos.
La historia comienza con una visita a un cliente y amigo que había adquirido una finca cerca de San Rafael. La experiencia avivó el interés de Marcelo en el proceso productivo de los viñedos, sembrando la semilla de la idea de crear su propia marca de vino, fusionando la materia prima mendocina con el sello distintivo de Tres Lomas.
Al principio, Molina confiesa no haber tenido mucha experiencia en vinos, pero su entusiasmo creció a medida que se sumergía en este amplio mundo.
Guiado por la pasión, las ganas de aprender y emprender, el proyecto comenzó a tomar forma cuando Marcelo, acompañado por su amigo viticultor, convencieron a Héctor Renna, enólogo de la centenaria Bodega Goyenechea, para guiarlos en el proceso. En el año 2022, después de la primera cosecha y realizado todo el proceso de maceración y fabricación en la bodega Villa Atuel, la marca lanzó al mercado sus primeras botellas de malbec rosé.
Este emprendimiento, aunque orientado al mercado regional, no escapa a la visión de aprender y encarar lo desconocido. Molina destaca: "Esto es un emprendimiento familiar, como lo refleja el nombre de la etiqueta, en el cual no dejas de aprender y te abre la cabeza para conocer lugares y personas de las cuales te vas nutriendo un poco día a día. No hay que tener miedo a aventurarse a lo nuevo”
Tras el debut, y prueba de fuego, la marca treslomense amplió su oferta con un malbec joven, un malbec añejado en roble con un poco más de cuerpo y un bonarda, que fueron presentados hace unos días en “La Vinoteca” de Tres Lomas estando ya disponibles en diversos comercios de la zona.
“Hoy la idea es que sea un vino regional, pero con mucho sentido de pertenencia” concluyó.
